quinta-feira, 25 de outubro de 2007

La Razón

La razón tiene que bañarse en el sudor de el alma
Si no, que hacer con una razón que no arde,
no palpita,
que no tiene espasmos?


A mi no me sirve la razón infalible
de las certezas premeditadas.


Solo me sirve una razón que sea así
como un canto lleno de abismos para caírme,
para volar o para quedarme allí...
mirando, nada más.


Si, una razón que salga
caminando en la playa
expuesta al sol y al marcon


los pies cobiertos de la arena.


Una razón pequeña en la certeza
una razón enamorada de la sorpresa,
una razón de quien despierta,
despeinada razón para todo
aunque sea para nada.





Rafa Alencar

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